Semana del 3 al 7 de junio de 2024

 ¡Buenos días! Antes de comenzar la oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional... ¿Cómo te sientes hoy?

 

Proponemos que, en algún momento de la semana, antes del comienzo de la oración de la mañana y con el objetivo de trabajar la interioridad, trabajemos con los alumnos algunas actividades pensadas para aprender técnicas de relajación y respiración.

Podemos poner música tranquila mientras llevamos a cabo esta relajación: 



Nos colocamos sentados, con la espalda recta, los pies apoyados en el suelo y las manos sobre la mesa o los muslos. Cerramos los ojos y respiramos profundamente… Sentimos cómo nuestra respiración se va haciendo cada vez más tranquila… Nos concentramos sólo en nuestra respiración… Seguimos inspirando lentamente… espirando lentamente…

Vamos a realizar algunos movimientos que van a acompañar a nuestra espiración:

Inspiramos con la vista al frente sin movimiento…  Al espirar, bajamos la cabeza hasta que la barbilla toque el pecho, mirando hacia el ombligo.

 Al inspirar, levantamos la cabeza hasta que mire al frente… Al espirar, movemos la cabeza hacia atrás, la mirada se eleva hacia el techo y mantenemos los hombros relajados.

Al inspirar, movemos la cabeza hasta que mire al frente…

Repetimos el proceso varias veces. Recordaremos que solo debe moverse la cabeza. Los hombros y la cintura permanecen inmóviles.

Una vez repetido, sigue respirando profundamente mientras escuchas la música… Poco a poco abre los ojos, siéntate, estira los brazos…

 


 

 

 


LECTURA: INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA – (cf. Mc. 14, 12-16.22-26)


Los judíos tenían sus fiestas, como nosotros, que celebramos los días especiales y comemos juntos. Una de esas fiestas era la Pascua. Era para recordar que Dios los había ayudado a salir de Egipto, con la ayuda de Moisés.

Jesús envió a dos de sus discípulos para hacer los preparativos para esa fiesta. Ellos lo hicieron así. Entonces, una noche, Jesús y los discípulos se juntaron a celebrar la Pascua. Estaban contentos. Comieron, cantaron, y charlaron. Hubo un momento muy especial. Jesús tomó en sus manos un trozo de pan, lo bendijo y se lo dio, mientras les decía: «Tomad, esto es mi cuerpo». Luego levantó una copa, dio gracias a Dios y se la pasó, diciéndoles: «Esta es mi sangre, derramada por todos».

Los amigos de Jesús estaban impresionados. Se daban cuenta de que les estaba dando una lección muy especial. Esa fue la última cena de Jesús con sus discípulos.



 

REFLEXIÓN

Jesús y sus amigos celebraban la Pascua y por eso estaban riendo, cantando, comiendo… A nosotros nos pasa igual… Cuando estamos a gusto no nos queremos ir a casa… lo mismo les pasó a los amigos de Jesús aquella noche. Seguro que cuando Jesús les dijo que era la última vez que cenaban juntos, se pusieron muy tristes… Pero Jesús les promete que estará con ellos para siempre, y que cada vez que celebren, se va a quedar con ellos y con nosotros en la comunión. Por eso la eucaristía es una fiesta para celebrar que Jesús se queda con nosotros.

  

CUENTO: LÁGRIMAS BAJO LA CAMA



 

CONTAGIAR AMOR


Jesús, tengo un corazón grande.

Tú me lo has dado tan grande

para que pueda amar mucho.

Papá Dios, que yo te quiera a Ti

y que contagie a todos,

mi amor, siempre.

 

  

CANCIÓN: ADIOS AL TEMOR


 


ORACIÓN

Enséñanos, Jesús,

a saber estar juntos

a respetar nuestras diferencias,

para que este mundo

sea más bonito para todos.