Semana del 10 al 14 de marzo de 2025

¡Buenos días! Antes de comenzar la oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional... ¿Cómo te sientes hoy?

Proponemos que, en algún momento de la semana, antes del comienzo de la oración de la mañana y con el objetivo de trabajar la interioridad, realicemos estas dos propuestas:

La primera propuesta consiste en realizar un ejercicio de relajación. Mientras lo hacemos podemos poner música tranquila de fondo:

Nos tumbamos buscando una postura cómoda… Cerramos los ojos y respiramos despacio, con calma… Escuchamos tranquilos la música… Respiramos profundamente y muy despacio… Cogemos aire por la nariz… lo mantenemos un instante… lo soltamos lentamente por la boca. Imagina que eres un bloque de hielo… Estás en un bosque, y es invierno… Como el hielo, abre y tensa tus manos… Tus brazos, tu pierna derecha, tu pierna izquierda… Todos tus músculos están tensos como si fueras un gran bloque de hielo en medio del bosque. Poco a poco comienza a llegar la primavera… El hielo comienza a derretirse, primero por las manos… después por los brazos… después por las piernas…

Sentimos ahora que todo el cuerpo está relajado… Lentamente abrimos los ojos y nos sentamos. Estiramos hacia adelante los brazos juntando las manos… ¿Cómo nos sentimos?

La segunda propuesta consiste en realizar una visualización: Podemos hacerla poniendo música tranquila de fondo. Después de respirar profundamente y muy despacio unos instantes, les pedimos visualizar una nube… de ella caen pequeñas gotas de lluvia que notamos en la cabeza y en la frente. Cada vez llueve más y las gotas se deslizan por la nariz, formando un pequeño río que dibuja una sonrisa alrededor de los labios. Se aconseja que, durante la descripción el ejercicio, se realicen indicaciones para acompañarlo con pequeños movimientos con la yema de los dedos, realizando pequeños masajes faciales, hasta dibujar una sonrisa, y que se incluyan adjetivos para dar volumen a todos los sentidos. Esta visualización puede realizarse sentado o estirado.

LECTURA: LAS TENTACIONES DE JESÚS (cf. Lc. 4, 1-13)

Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto donde fue tentado por el diablo durante cuarenta días. ¿Sabes lo que hizo Jesús? ¡Le contestó usando la Biblia! Jesús no había comido por cuarenta días. Tenía hambre y el diablo sabía que estaba hambriento, así que le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, dile a estas piedras que se conviertan en pan.” Jesús fácilmente pudo haber hecho lo que el diablo le decía. En lugar de eso, Jesús le respondió: “Escrito está: No sólo de pan vive el hombre.”

Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto y le mostró en un instante todos los reinos del mundo. “Sobre estos reinos y todo su esplendor, le dijo, te daré la autoridad, para que mandes sobre toda la tierra. Así que, si me adoras, todo será tuyo.” Jesús le contestó: “Escrito está: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él sólo servirás.”

El diablo lo llevó luego a Jerusalén e hizo que se pusiera de pie en la parte más alta del templo, y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate de aquí! Pues escrito está: Ordenará a sus ángeles que te cuiden; te sostendrán en sus manos, para que no tropiece tu pie con piedra alguna.” “También está escrito: No pongas a prueba al Señor tu Dios,” le replicó Jesús.

¿Sabes lo que hizo el diablo? ¡Se dio por vencido y lo dejó hasta otra oportunidad!