Semana del 26 al 30 de mayo de 2025
¡Buenos días! Antes de comenzar la
oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional...
¿Cómo te sientes hoy?
Proponemos
que, en algún momento de la semana, antes del comienzo de la oración de la
mañana y con el objetivo de trabajar la interioridad, realicemos estas dos
propuestas:
La primera es
una relajación. Podemos poner música tranquila:
Nos colocamos
de pie con la espalda recta, las piernas paralelas y los pies apoyados sobre el
suelo. Juntamos las manos a la altura del pecho ahuecadas como si fueran un
pequeño cohete que va a lanzarse al espacio. Respiramos profundamente, en
silencio y muy despacio. Podemos cerrar los ojos. Inspiramos por la nariz. Las
manos unidas junto al pecho, van subiendo lentamente hacia arriba, hasta
estirarse por completo. Cuando sobrepasan la cabeza, se abren…A la vez que
espiramos, los brazos descienden lateralmente, dibujando un amplio círculo
hasta regresar al pecho para unirse de nuevo. La espiración debe durar el doble
que la inspiración. Antes de empezar a repetir el ejercicio, permanecemos
inmóviles durante unos segundos. Repetimos el ejercicio varias veces. Una vez
realizado, seguimos respirando profundamente mientras escuchamos la música…
Poco a poco abre los ojos, siéntate…
Cuando
terminamos de realizar la relajación comentamos cómo nos sentimos y hacemos la
oración que elijamos para hoy.
En segundo lugar, proponemos una
visualización:
Siéntate con la espalda recta, el cuerpo relajado y las manos apoya suavemente sobre las rodillas. Cierra los ojos y, a continuación, va a respirar juntos unas cuantas veces.
Imagina un lugar tranquilo un bosque lleno de
flores, árboles… Es un día soleado y se nota el calor sobre nuestro cuerpo. Nos
sentimos muy bien. Imagina que notas ese calor, el olor de las flores, el
sonido de un río que pasa cerca…
Seguimos respirando. A continuación,
nos imaginamos la cara de uno de nuestros seres queridos. De quien queramos… Le
vemos a nuestro lado en ese bosque. Vamos de la mano con él o con ella. De
pronto nos detenemos. Imagina que está sonriendo y que os dais un abrazo….
Seguidamente di en silencio: “Espero que seas feliz y pases un día maravilloso”
Cuando
terminamos de realizar la relajación comentamos cómo nos sentimos y hacemos la
oración que elijamos para hoy.
LECTURA: ANUNCIO DEL
ENVÍO DEL ESPÍRITU SANTO (cf. Jn. 14, 23-29)
Los amigos de Jesús se estaban acostumbrando a que apareciese de vez en cuando Jesús resucitado. Pero él les intentaba explicar que no iba a ser siempre así. Y les decía: «Yo me voy a ir. Tengo que volver a donde mi Padre». Ellos entonces lo miraban con cara de pena, como si los fuera a abandonar otra vez. Entonces les explicó: «Mirad, os voy a dejar tres cosas: lo primero, mi palabra. Ya la conocéis. Me habéis oído muchas veces, y sabéis lo que he dicho. Si lo cumplís, yo estaré con vosotros. Lo segundo, mi Espíritu. Os irá recordando todo lo que os he dicho. Y lo tercero, mi paz. No es la paz de los días en que no pasa nada. Es una paz que es a la vez alegría. Es la paz de quien ha encontrado su camino. Yo os he enseñado mi camino». Y así, Jesús les prometió la paz, la palabra y el Espíritu, que seguimos teniendo todavía hoy.
ORACIÓN
¡Qué suerte tenemos, María,
porque tú eres madre de Jesús
y también nuestra Madre!
Gracias porque nos quieres
y nos cuidas como cuidaste a Jesús
CUENTO: HIPO NO
NADA
ORACIÓN: AVE MARÍA