Semana del 27 al 31 de enero de 2025

¡Buenos días! Antes de comenzar la oración de la mañana, es buen momento para situarse en el medidor emocional... ¿Cómo te sientes hoy?

Proponemos que, en algún momento de la semana, antes del comienzo de la oración de la mañana y con el objetivo de trabajar la interioridad, realicemos estas dos propuestas:

La primera propuesta de esta semana es una relajación, mientras escuchamos una música tranquila:

Cerramos los ojos y respiramos profundamente… Sentimos cómo entra el aire al inspirar y como sale al espirar… Siéntate con las piernas cruzadas. Extiende las manos sobre tus rodillas. Cierra muy fuerte las manos y mantenlas así durante 10 segundos. Uno, dos, tres… (contamos lentamente). Después relaja ambas manos suavemente. Respira hondo… Vuelve a repetir este ejercicio dos veces. (esperamos unos instantes entre este y el siguiente ejercicio).

Encoge los hombros hasta las orejas y libéralos poco a poco. Repítelo lentamente varias veces… Sigue respirando unos instantes, tranquilo, mientras escuchas la música.

En segundo lugar, proponemos una relajación similar a la anterior:

Mientras escuchamos una música tranquila... Cerramos los ojos y respiramos profundamente… Sentimos cómo entra el aire al inspirar y como sale al espirar… Encoge el abdomen como si tuvieras que pasar por un hueco muy muy estrecho. Aguanta así 5 segundos y recupera la postura normal. Repite este ejercicio 3 veces. Inspira profundamente y expira muy despacio.

Después seguimos unos instantes tranquilos mientras escuchamos la música… abrimos los ojos, y estiramos nuestros brazos. Finalmente, se les preguntará cómo se han sentido.

LECTURA: COMIENZO DE LA PREDICACIÓN DE JESÚS (cf. Lc. 4, 14-21)

Después de bautizarse en el río Jordán, Jesús regresa a Nazaret y comienza una nueva etapa de su vida. En la sinagoga de su pueblo, después de leer un pasaje del Profeta Isaías, que anuncia la libertad para los que viven como en una cárcel por la ceguera, por la rabia contra los otros, por la pobreza o por la violencia, Jesús dice que para eso ha venido él, y que con la fuerza de Dios, llevará a cabo el encargo que su Padre le ha hecho: dedicar su vida a hacer el bien y a ayudar a los demás. Empieza a llamar a sus amigos para que le acompañen y le ayuden a dar su mensaje a todos.